jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Y por qué?

Hace poco ha llegado un nuevo miembro a la familia de Sandra, y para que al hermano no le entre pelusilla del nuevo ser, todos estamos volcados en proporcionarle la atención que se merece y no sólo embobarnos con el nuevo cachorro.
El otro día estuvimos con los felices papis y, mientras ella ayudaba a su prima con el bebé yo me fui con el primogénito a jugar un rato hasta la hora de la cena. No llevábamos mucho rato cuando, por un hecho fortuito surgió esa pregunta que tarde o temprano todo lechoncillo/illa formula a quienes tiene a su alrededor, generalmente sus sufridos progenitores: ¿Y POR QUÉ?

Hay que decir que el cachorro está ya en los dos añitos de edad y la curiosidad por cuanto le rodea, unida a un dominio cada vez más fluido del lenguaje, le hace preguntarse por "todo".

Bien, tras esta enternecedora introducción en la que mis queridos lectores me han imaginado cual "erudito" impartiendo y volcando mis conocimientos sobre la mente fresca de un ser aún en formación, :0 ¡¡Corred insensatos!!, pasemos a narrar los hechos que me han llevado a la escritura de este post:

Ayer mientras esperaba la llegada del tren que tomo todos los días para volver a mi casa, caminando por el andén de un lado a otro, comencé a imaginar en mi cabeza una conversación. Es algo que suelo hacer con bastante frecuencia. Me imagino conversaciones en inglés o francés (obviamente también en español) en las que mantengo un diálogo sobre un tema, una situación... Ello me sirve para "auto-practicar” en el caso de los idiomas distintos al nativo o simplemente para dialogar conmigo mismo y reflexionar.

El caso es que a raíz de ese ¿por qué? del otro día (hay que ver cómo es el subconsciente) comencé a imaginarme una supuesta conversación con un mini-ser de mi propia creación y poco a poco fui desgranado por qué tras por qué con argumentos y explicaciones hasta que llegué a uno que me hizo saltar un resorte interno (¡clack!) y me descubrí a mí mismo diciendo:  "¿Y por qué?"
Acto seguido, saqué ese apéndice, esa prolongación biónica en la que se han convertido los teléfonos móviles hoy en día, y pregunté a "san google":

¿POR QUÉ EL CUERPO HUMANO (shurmano) ESTÁ A 36ºC?  (36,7ºC para ser exactos)

Mi pregunta no tardó en ser respondida.

Resulta que, con el paso del tiempo, el organismo del ser humano ha ido evolucionando y elevando su temperatura hasta conseguir el balance perfecto entre metabolismo y protección contra infecciones.
Esos 36ºC de temperatura son suficientes para prevenir la mayoría de infecciones causadas por hongos y a su vez no es tan elevada como para que tengamos que estar ingiriendo alimentos sin parar para mantener nuestro metabolismo.

Tras haber realizado estudios sobre la materia; la ciencia ha descubierto que por cada grado que aumenta la temperatura, hay una disminución de un 6% en el número de especies fúngicas que pueden infectar o atacar a un animal otorgando así una gran ventaja en la supervivencia de la especie frente a otros grupos de seres vivos del planeta. ¿Interesante, no?

Un saludo, Fer.

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